Nuestro logo

Fundamentado en nuestro proyecto de trabajo “Árboles sufrientes”

Al transitar por calles y parques de la ciudad, innumerables veces nos detenemos porque nos llama la atención la visión de lo que podríamos denominar un “árbol sufriente”. ¿Cuántos árboles de nuestras ciudades podrían ser calificados de esta manera? ¿Cuántos a pesar de diferentes “ataques” han conseguido sobrevivir manteniendo una presencia destartalada, extraña?

La visión de estos árboles, nos demuestra que a pesar de todo, es difícil acabar con ellos, que poseen una fuerza especial que les lleva a superar el daño infringido, a sobrevivir, a mantenerse allí, muchas veces deformados, pero triunfantes. Así pues, esta realidad nos conduce a alumnos y profesores a valorar el espíritu de supervivencia y superación y a tomar como ejemplo a la naturaleza en la victoria ante las adversidades. Espíritu que desearíamos inculcar a nuestros alumnos de infantil y primaria.

En nuestro Centro siempre hemos tenido el buen gusto de amar a árboles y plantas; desde su inauguración, las sucesivas comunidades educativas se han planteado convertir el centro en vida, con su presencia y con la implantación de especies vegetales que han permitido eliminar en gran parte la aridez del Centro y de su entorno.

Queremos destacar que tenemos nuestro particular “árbol sufriente” y además sufriente en grado superlativo. Cuando lo miramos, nos preguntamos ¿Cómo ha conseguido resistir? ¿A cuántos alumnos a través de sus cerca de 30 años ha consentido que reposen en su tronco sin que ninguno le rindiese?

Su ejemplo, al mantenerse “vivo” después de tantas dificultades nos lleva a elaborar un programa escolar de respeto, embellecimiento, estudio, repoblación… de los árboles, arbustos e hierbas de nuestro colegio. Queremos conocer, estudiar, proteger, tutorizar a nuestras plantas, seguir su evolución anual y procurar devolverles a través de nuestros cuidados parte de los beneficios que nos reportan con su presencia. Por todo esto hemos tomado como mascota vegetal y logotipo que represente al CEIP TEODOSIO a nuestro árbol sufriente, a nuestra Mimosa preferida.

Igualmente queremos que ella transmita a todos los componentes de la comunidad educativa y en especial a nuestros alumnos y alumnas su especial fortaleza para que sean capaces de desarrollar actividades y proyectos que les aseguren su formación como personas, ayudados desde el profesorado con el mantenimiento de la calidad educativa y la rectificación de una trayectoria inadecuada cuando sea necesario.

Historia del Barrio

Un barrio obrero con mucha historia

La Barriada de Pino Montano se ubica en el sector nororiental del término municipal de Sevilla. La denominación genérica de Pino Montano siempre ha estado referida al conjunto residencial que se extiende al norte de la SE-30 como una amplia unidad externa a la ciudad consolidada, que con los años ha ido ocupando mayor extensión.

En relación a la división administrativa de la ciudad, la Barriada se integra, junto a otros barrios populares cercanos, en el Distrito de Macarena Norte.

El territorio donde se asienta en la actualidad Pino Montano constituía, desde hacía siglos, un área agrícola de huertas y olivares, caracterizada por frecuentes inundaciones y por terrenos destinados a haciendas y cortijos, algunos de los cuales han sobrevivido a la expansión urbana, como en el caso de los cortijos de Pino Montano y Miraflores. Es por este motivo que el topónimo de la Barriada recibe el nombre del camino que llevaba al cortijo de Pino Montano y que, posteriormente, se ha llamado Avenida de Pino Montano.

Este territorio agrícola comienza a sufrir importantes transformaciones a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Con la construcción de la línea de ferrocarril Sevilla-Córdoba el camino quedó cortado por el trazado del tren, quedando limitado el espacio sobre el que, posteriormente, se asentaría el barrio. Este era un lugar apartado de la ciudad, entre el actual Centro de Servicios Sociales Miraflores (antiguo hospital psiquiátrico) y el nuevo cauce del río Tamarguillo.

El crecimiento de la ciudad hacia la zona norte comienza en el siglo XX, dando lugar a una desordenada expansión urbanística que en la década de los años 60 y 70 experimentó el momento de mayor auge con la edificación de numerosas barriadas, entre las que se originó la de Pino Montano. El proyecto de este barrio surge a finales de los años 60, cuando el Patronato Municipal de la Vivienda planifica su construcción sobre los terrenos que quedaron protegidos de las inundaciones con la construcción del nuevo cauce del arroyo Tamarguilo. El suelo era terreno agrícola que fue expropiado y esto supuso la expulsión de los colonos que cultivaban las tierras.

Las personas comenzaron a instalarse en el barrio a partir de 1975 y desde entonces éste no ha cesado de crecer con la construcción de nuevas unidades vecinales y manzanas de viviendas protegidas, la mayoría de ellas ligadas al Patronato municipal de la vivienda o Emvisesa.

La estructura demográfica de la barriada, compuesta fundamentalmente por una población de mediana edad, se mantiene en la actualidad puesto que, como se ha comentado anteriormente, a pesar de que han transcurrido más de tres décadas desde su conformación, la construcción recientemente de un elevado número de promociones de viviendas protegidas en la zona ha atraído a numerosa población joven. Por otro lado, hasta el momento, la Barriada no concentra elevados porcentajes de población extranjera aunque su presencia sigue una tendencia creciente.

En definitiva, la población de Pino Montano presenta gran homogeneidad social, con predominio de trabajadores con cierta estabilidad económica y un sector de población joven desempleada.